¿Cómo afectan las humedades a nuestra vivienda y cómo podemos combatirlas?

Nuestra vivienda puede depreciarse hasta un 35% con respecto a su precio de mercado debido a la presencia de las humedades. Incluso es posible que la factura energética pueda aumentar hasta en un 15% debido a un aislamiento defectuoso del inmueble. Tanto a la hora de vender como de comprar una vivienda, son problemas que debemos tener muy presentes y no pasar por alto.

Además que los daños que puedan ocasionar a corto y largo plazo, pueden poner en riesgo la salud tanto de la vivienda en cuestión como la de sus habitantes. Los problemas de filtraciones laterales son muy frecuentes en garajes, semisótanos, sótanos o bodegas, debido a su mayor contacto con el terreno.

Este tipo de humedades suelen ser originadas cuando las paredes de alguna estancia se encuentran por debajo del nivel del suelo manteniendo un contacto permanente con la tierra húmeda, lo que puede dañar enormemente la estructura de nuestra vivienda. El agua exterior que contiene la tierra, empapa el muro de la vivienda pudiendo llegar a traspasarlo mediante filtración, lo que posteriormente se traduce en humedades en el mismo e incluso goteras. Este tipo de humedades provoca un rápido desgaste tanto de la estructura de la pared como de los materiales de construcción y estructuras metálicas internas que lo componen, afectando por tanto a la resistencia estructural general del inmueble.

Sus consecuencias nos serán muy familiares: manchas, moho, malos olores, salitre, aumento considerable de la humedad ambiental, daños en mobiliario, puertas, ventanas, parques, aparatos eléctricos, etc… Además de los daños materiales por filtración lateral, también tienen efectos perjudiciales para la salud de las personas, pudiendo dar como resultado resfriados y gripes. El exceso de humedad ambiental incrementa las posibilidades de contraer algunas enfermedades respiratorias (como el asma o la sinusitis) y pulmonares (como la bronquitis).

Tratamientos de las humedades por filtración

Para combatirlas podemos intervenir el muro y revestir una o ambas caras del mismo con materiales aislantes que contengan propiedades anti-hongos, lo cual creará una barrera física impermeable que impedirá que el agua lo traspase por filtración. Otra opción a la que podemos recurrir es instalar sistemas de drenaje para cambiar el curso de las aguas. Sea como fuere, lo importante es llevar a cabo un correcto aislamiento para no volver a tener problemas posteriormente. Debemos intentar estar alerta ante los primeros síntomas de humedad, como pudieran ser el vaho en los cristales de las ventanas, moho en las esquinas de las estancias o desprendimiento de yeso o pintura, así lograremos intervenir lo antes posible e impedir que los daños ocasionados se propaguen rápidamente agravando los riesgos y costes.

Las humedades por filtración lateral no son excluyentes, por lo que también es posible que nuestro muro se vea afectado por la humedad capilar. Encontrar el origen del problema será nuestra prioridad, ya que puede deberse a algún factor puntual como juntas en mal estado, vías de agua cercanas o zonas de cemento degradado. De esta forma podremos seleccionar el método intervención que más se adapte nuestras necesidades y a las de nuestra vivienda. El objetivo, un hogar saludable y libre de humedades.

Es especialmente importante contar con profesionales adecuados para realizar este tipo de trabajos, así como consultar a especialistas en la materia debido a la posible pérdida de capacidad estructural del muro. Nuestro departamento técnico os ayudará a resolver todas las dudas que os surjan al respecto, pero  a nuestros operarios no hay humedad que se les resista. 😉